Hace días, en el Blog “El Universo de Ely” de Elisabeth M. S., leía una entrada sobre la piratería. En twitter, la
autora me preguntaba mi opinión y, tal y como dije, creo que merece una entrada
en mi bitácora de viaje.
Hace unos meses que publiqué mi novela “La
triste mirada del artista”, y a día de hoy puedo decir que sí, sí he sido
pirateado. Mi novela ha estado ya en varias páginas para descargarla en formato
digital y, lo que aún es más triste, en formatos que ni yo mismo tengo.
Yo, al contrario que esa autora, sí me
enfadé. Me enfadé porque yo mismo ya la he regalado en Amazon y no descartaba
volver a regalarla en algún otro momento. Todos, en algún momento, hemos
pirateado algo alguna vez.
Recordad que piratear, no es más que
copiar algo sin permiso. Cuando copiamos la receta de un cocinero que nos gusta
o copiamos el peinado de alguien al que admiramos, estamos ya pirateando.
Lo que pasa es que, tristemente, este
término solo se aplica a cosas en las que alguien está perdiendo dinero
(normalmente grandes empresas). La piratería, esa que nació cuando un CD
costaba casi 5.000 de las antiguas pesetas o una película que acababa de salir
en el cine y no estaba aún para comprarla o simplemente una que jamás se
llegaría a estrenar en ninguna sala española.
Cuando esto ocurría, nadie se
quejaba tanto. Y lo triste, es que muchos de esos que se han quejado durante los
últimos años, envueltos en esa atmósfera de misterio y oscuridad de la Sociedad de
Autores y sus cabezas visibles (de la
que mejor no hablar en ocasiones), deberían permanecer en silencio.
Para nuestra desgracia, los autores
noveles, la piratería es el mismo caballo de batalla que para gigantes como
Kent Follet. Una pena, pero es así.
En mi caso, en el tiempo que estuvo
colgado el ejemplar de mi novela de forma ilegal, se descargó más veces que
cuando lo estuvo legalmente en Amazon. Es, sin duda, un dato curioso sobre el
que debemos pensar. ¿Es mejor descargarlo ilegalmente que hacerlo de manera
legal? Al parecer sí.
Sí me gustaría rebatir algo. Es falso
que aquel que se descarga un ejemplar de una novela de forma ilegal no vaya a
comprarlo luego legalmente. A mí, como a cualquier persona, me han dejado algún
que otro libro (de procedencia dudosa) para mi ebook y si me ha gustado y he
creído conveniente que debía formar parte de mi biblioteca, me lo he comprado
en papel.
Por cierto, nos quejamos de piratería,
de las pérdidas… ¿alguien se ha preguntado que coste tiene realmente hacer un
ebook? Prácticamente nada. No entiendo como los grandes gigantes pueden vender
su novela a 18 o 20 euros y el ebook a 14 o 15 euros. Ahí hay algo que no me
encaja. Desde luego, así se fomenta la piratería. Se lleva años pidiendo los
libros electrónicos a un precio asequible, no a casi lo mismo que nos costaría
en papel.
Si he de ser sincero, creo que la
piratería es un caballo de batalla perdido. La industria debe modernizarse y
hacerse más vistosa. No pueden pretender ganar lo mismo cada año que pasa. La
sociedad está en una continua reinvención, ¿por qué la industria del libro no lo
hace?
Estamos aún inmersos en una crisis
profunda y aún hay sectores económicos que no han sido capaces de asimilarlo.
En España, para nuestra desgracia, hay gente pasando hambre y necesidad. Gente
que no se puede permitir gastarse 20 euros en un libro cada semana y que puede
que la biblioteca pública le quede demasiado lejos como para ir andando y no
digamos ya coger un autobús o un taxi.
Por tanto, mirando todos los detalles
que hay en la piratería, creo que es algo que existe, existirá y existió en el
pasado de la humanidad. ¿Creéis que hay solución? ¿Qué opináis?