Hoy termina un nuevo fin de semana.
Llevaba días necesitando un descanso como el de este. A veces, el compaginar el
trabajo con nuestra pasión es bastante complicado. Tanto es así, que hacía ya
días que no escribía nada por aquí.
Cada vez que iniciamos un proyecto nos
proponemos cientos de metas por alcanzar. Yo, en un principio, fui bastante
realista. Me puse como meta alcanzar una entrada a la semana, lo que suponen
cuatro al mes.
Sé que es una meta baja, pero hay que
ser realistas. Nuestras aficiones, por desgracia, no pueden anteponerse al
trabajo diario. Y es que por el momento, la literatura es una amante despiadada
para mí. Es algo que te pide más de lo que te da y, en ocasiones, es difícil de
compaginar con nuestra vida.
Llevo días queriendo retomar la lectura
de un libro que tenía a medias y que, aunque ya he puesto la portada en el
blog, no conozco el momento de volver a retomarla.
Estoy inmerso en la corrección de mi
próxima novela. Se trata de la segunda parte de mi trilogía “El coleccionista de misterios”. Quizá fuera
una empresa difícil para alguien que comienza, pero siempre me han gustado los
retos.
Poner fecha a una nueva entrega de mi
trilogía, es demasiado complicado. Son muchas las variables a tener en cuenta y
demasiados los compromisos ineludibles.
No obstante, tenía ganas de decir unas
palabras por aquí. Anunciar que sigo trabajando y dando pequeños pasitos en busca de la publicación de
la segunda parte. Una nueva y apasionante aventura en la que de nuevo se verán
inmersos Javier y Rocío.
Pronto habrá alguna sorpresa relacionada
con mi primera novela. Una guía personalizada de algunos lugares reales que
podéis visitar y vistos desde la perspectiva de algún personaje de la novela.
No es lo mismo que entre en la capilla del Salvador Javier o Francisco de los
Cobos. Poco a poco iréis teniendo más noticias sobre esta apasionante saga.
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